Tijuana/San Diego, 1996
Yvonne Venegas
Curada por
Alberto Ríos de la Rosa
En los años noventa, en un contexto de profunda desigualdad social y económica enmarcado en la
apertura comercial derivada de la firma del TLCAN, las ciudades fronterizas de San Diego y Tijuana
funcionaban como espacios de experimentación donde las transformaciones culturales y sociales
encontraban terreno fértil.
En este contexto, Yvonne Venegas (1970) desarrolló un trabajo fotográfico que documenta, desde una
proximidad afectiva, el universo de su círculo más cercano. Las imagenes de este archivo histórico,
exhibidas por primera vez al público, constituyen un registro visual de una comunidad cuir que construyó
formas alternativas de habitar el mundo desde los márgenes urbanos y sociales. En las fotografías, el
género aparece como construcción performativa deliberada, mientras que la sexualidad se experimenta
fuera de los marcos morales convencionales.
La decisión de inaugurar la vitrina de Espacio Cultural Bellas Hartas con esta muestra establece un puente
temporal entre la frontera (baja) californiana de los noventa y la Ciudad de México actual. Este gesto
curatorial subraya cómo las transformaciones sociales encuentran su origen en espacios periféricos, en
redes de amistad que construyen imaginarios alternativos. De esta manera, la disidencia se articula como
práctica estética y el arte confirma su función primordial como instrumento de resistencia política y social.
Estatuas de Sal
Curada por
Alberto Ríos de la Rosa
Estatuas de Sal es la exposición inaugural del nuevo Espacio Cultural Bellas Hartas. Su título se
inspira en la obra de Salvador Novo, cuya autobiografía La estatua de sal (1945) se erigió como un valiente testimonio donde la vida sexual y la identidad LGBTQ+ florecían en desafío a la represión social de la época.
La muestra presenta una constelación de obras de artistxs contemporánexs inmersxs en el contexto cuir mexicano. Estas piezas exploran las dimensiones íntimas de lo sexual, lo contestatario y lo político. Estatuas de Sal se constituye, de este modo, en un acto de resistencia cultural: un itinerario a través de creaciones que no solo analizan, abordan y desarticulan códigos hegemónicos, sino que también celebran con fervor la diversidad sexual.
El título alude al doble simbolismo característico de la literatura de Novo: la mirada retrospectiva, la curiosidad y el acto de contemplar el paisaje de Sodoma, ciudad purificada por el fuego divino. Así, la exhibición se erige como un espejo colectivo donde las identidades disidentes sexuales contemporáneas se reconocen, interrogan y proclaman.
La exposición busca visibilizar perspectivas históricamente marginadas, explorándolas como fibras esenciales del tejido cultural contemporáneo. Al igual que Salvador Novo desafió con su escritura las convenciones de su época, estxs artistxs perpetúan esa estirpe de desobediencia creativa, forjando nuevos vocabularios visuales para experiencias que durante mucho tiempo habitaron un silencio impuesto.
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